TRES VIRTUDES QUE DEBEMOS DESARROLLAR PARA ALEJARNOS DE LA INCOMPETENCIA FRENTE A LA VIDA



Se ha dicho muy bien que “el que no vive para servir, no sirve para vivir”, esta es la historia de un siervo que tenía delante las oportunidades de su vida para servir y expresar amor por los demás pero fracasó en el intento. Su nombre es Giezi siervo de Eliseo quien demostró que no tenía tres virtudes esenciales para vivir.

I. CARECÍA DE SENSIBILIDAD EMPÁTICA


Sin embargo, cuando ella se encontró con el hombre de Dios en la montaña, se postró en el suelo delante de él y se agarró de sus pies. Giezi comenzó a apartarla, pero el hombre de Dios dijo: «Déjala. Está muy angustiada, pero el SEÑOR no me ha dicho qué le pasa».
2 Reyes 4:27 


Esta mujer sunamita estaba experimentando una situación muy difícil como es la muerte de su hijo su único hijo, la biblia señala que la respuesta de ésta mujer al saludo del siervo Giezi es simplemente “bien” sin duda porque su mente estaba concentrada en el dolor y en la entrevista con el profeta para encontrar no consuelo sino alguna solución a éste problema después de todo fue él quien había expresado que su hijo vendría al mundo y lo reconocía como siervo de Dios y al encontrarse con el profeta se tira a los pies del mismo. Existen dos actitudes contrastadas.
La primera es la de un siervo que intenta retirar a la mujer atribulada de los pies del profeta sin percibir el dolor ajeno más bien simplemente queriendo cumplir con su deber.
La segunda actitud es la del profeta quien percibe la angustia y ordena al siervo que la deje.


Necesitamos ejercitarnos a escuchar no solo los labios sino el corazón, éste último no pronuncia palabras sino expresiones que pueden ser de llanto, queja, rabia las cuales evadimos porque pensamos que son dirigidas hacia nosotros por lo que podemos llegar a ofendernos sin percibir que nosotros no somos la razón sino simplemente un medio al que se canaliza el dolor.
No lo merecemos pero un poco de paciencia puede hacer mucho para ayudar a sobrellevar el dolor ajeno.


II. CARECÍA DEL HÁBITO DE ORAR

Eliseo entró solo, cerró la puerta tras sí y oró al SEÑOR.
 2Reyes 4:33


El pasaje muestra a un hombre cumpliendo con la instrucción a manera de amuleto, la vara no tenía ningún poder así que debía pedir dirección  al que tiene todo el poder que es lo que hace Eliseo, por ello no funciono con el siervo, por ello se aplazó el siervo porque no se había entrenado en el hermoso dialogo de la oración.
Muchas veces nos pasa lo mismo creyendo que si le pedimos a Dios que nos ayude en el examen sin haber estudiado y sin tomar en cuenta a Dios diariamente nos va a ir bien y eso está mal, muchas veces hasta le echamos la culpa a Dios por nuestros desaciertos, debemos desarrollar el hábito diario de orar.


Con el simple hecho de orar Dios nos está ejercitando en FE porque hablamos con Dios con la firme convicción de que nos escucha, DEPENDENCIA porque le solicitamos su ayuda, respaldo para enfrentar las situaciones de la vida porque no somos suficientes para hacerlo por nuestra propia cuenta y HUMILDAD porque al orar bajamos el rostro o agachamos la cabeza reconociendo que Dios es más grande que nosotros o nuestras propias aspiraciones.
Sin duda alguna el sólo hecho de orar nos enseña sobre cómo enfrentar la vida más que una gran cantidad de clases universitarias.

III. CARECÍA DE UN PUENTE PERSONAL EMOCIONAL

Después se tendió sobre el cuerpo del niño, puso su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre sus ojos y sus manos sobre sus manos. Mientras se tendía sobre él, ¡el cuerpo del niño comenzó a entrar en calor!
2Reyes 4:34


El profeta Eliseo se echó sobre el niño y no sé cuántos tendrían el valor de hacerlo sobre un muerto pero eso comenzó a traer calor al pequeño hasta darle vida. Sin duda no fue el calor del cuerpo de Eliseo lo que revivió al niño sino el Poder de Dios pero esto nos enseña sobre la importancia de extender puentes emocionales personales y me refiero específicamente al abrazo significativo.
Las personas andan por el mundo con la necesidad de ser aceptados y un abrazo, el dar la mano transmitiendo confianza, seguridad, apoyo puede sin duda alguna calentar corazones duros y fríos por las desazones que conlleva la vida.


Necesitamos aprender a ser más empáticos porque los malos tratos que en ocasiones recibimos no necesariamente son porque le caemos mal a alguien sino porque existe un dolor más fuerte que nubla la visión de la razón.
Necesitamos desarrollar el hábito de orar para ejercitarnos cada vez que lo hacemos sobre la FE, la DEPENDENCIA y la HUMILDAD.


Necesitamos construir puentes emocionales personales como abrazos sinceros, estrechar la mano transmitiendo confianza y seguridad a fin de afirmar a personas que continuamente y sin darse cuenta son destrozados emocionalmente, quizás tú eres uno de ellos recibe mi abrazo y el abrazo del Padre eterno por medio de éstas líneas para que comprendas cuán importante es tu vida para DIOS “porque el que no vive para servir no sirve para vivir”.
Que DIOS te bendiga.

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